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39 Luego David se ciñó la espada de él sobre su ropa e intentó andar, porque no estaba acostumbrado. Entonces David dijo a Saúl:

—Yo no puedo andar con esto, porque no estoy acostumbrado.

David se quitó de encima aquellas cosas. 40 Entonces tomó su cayado en su mano y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en la bolsa pastoril, en el zurrón que llevaba. Y con su honda en su mano, se fue hacia el filisteo. 41 El filisteo venía acercándose a David, precedido de su escudero.

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